Palabras Claves: conducta, limites, autoregulación, reforzamiento, clase, maestra, docente, alumnos.
Muchas veces, tenemos alumnos que por alguna razón no respetan los límites, ni las reglas del salón. Cuando estos niños manifiestan estas conductas de manera recurrente, posiblemente se deba a alguna situación de su vida que le genera un gran malestar e insatisfacción. Sin embargo, la mayoría de las veces no logramos identificar la causa de su desagrado, por lo que solo nos queda contenerlos con mucho amor, comprensión y límites.
Los límites nos ayudan a todos, ya que nos indican nuestro espacio y nos ayuda a poder prevenir conductas y situaciones. Es por ello, que los límites son necesarios para el desarrollo de todo ser humano.
A continuación podrás encontrar algunas herramientas y acciones que te ayudaran para el manejo de tu alumno:
- Establece tú reglamento: Escrito, dibujado, ilustrado, cantado, recitado… y siempre en términos positivos, indicando la conducta que tu alumno debe hacer. Recuerda que es preferible enseñarle qué debe hacer, en vez de lo que debe hacer.
- Haz que tú reglamento sea de todos: Promueve alguna actividad en donde los alumnos se identifiquen con el reglamento (que lo escriban, lo dibujen, lo ilustren, lo canten, lo memoricen y lo transmitan a otros, etc.)
- Realiza una actividad grupal en la cual se retomen las reglas del salón. Platícalas con tus alumnos, busca que ellos mismos reflexionen sobre su importancia y cierra la actividad con un compromiso por parte de los niños de que las van a respetar.
- Marca los límites de forma clara, siendo firme en el tono de voz. De igual forma, los límites deben ser consistentes y constantes, es decir, los límites hay que marcarlos siempre y a todos por igual, así el niño comprenderá que la regla aplica a todos y que no se modifican dependiendo de quién los irrumpa. De igual forma, al señalarle un límite a otro niño el niño problema aprende con el ejemplo de lo que le puede suceder a él.
- Refuerza las conductas logradas: Está atento cuando tus alumnos cumplan el reglamento, y reconócelos públicamente. Busca una forma de recompensarlos. Recuerda que si solo te basa en lo malo estarás reforzando que estas conductas se repitan -Cualquier tipo de atención es un reforzador.
- Utiliza el método socrático: no le repitas las reglas, pregúntales sobre sus acciones y sobre lo que consideran que tuvieron que hacer: ¿Qué tenias que haber hecho para este caso? ¿Cuál es la regla para esto?
- Cuando haya roto una regla, señálala y recuérdasela. Dialoga con él sobre la situación, sobre el porqué lo rompió, y proponle que sea el propio niño el que busque una consecuencia lógica a su acto y que proponga una acción para no volver a romper dicho límite. Recuerda que con esto solo lo vas a ayudar a reflexionar y a interiorizar cada vez más la regla, realmente no puedes esperar que el niño no rompa mas la regla.
- Cuando veas que hay una regla que se rompe de forma constante, busca implementar una consecuencia lógica a la regla de antemano, y explícasela al niño para que sepa que de ahora en adelante si rompe dicha regla esa será su consecuencia. Esto te permitirá poner consecuencia lógicas y no dejarte llevar por el enojo.
- Una vez que se haya roto una regla no hay oportunidad a hacer negociaciones, ya que se pierde la eficacia y el mensaje apropiado del límite. El niño debe comprender que tiene que asumir la consecuencia de su acto. Si te expresa que ya no lo va a volver a hacer, le dices de vuelta que sabes que va a hacer un gran esfuerzo para no volverlo a hacer pero que de asumir la responsabilidad de sus actos ahora.
- Previene sus conductas. La mayoría de las veces uno como adulto puede anticiparla conducta del niño, y es preferible para el niño cuando uno le indica que su comportamiento comienza a ser incorrecto y no ya después de haber hecho el daño. Esto le va a permitir conocerse a sí mismo e ir controlando las conductas o situaciones que detonan su mal comportamiento.
- Dile lo que se espera de él de forma anticipada y positiva (en lugar de decir “no subas los pies a la mesa” debes decirle “los pies van en el piso”).
- Durante las actividades individuales o colectivas, tenlo en constante supervisión de su trabajo para que se sienta apoyado.
- Busca que participe activamente en tu clase, sobre todo en situaciones que van a ser exitosa para él, así se sentirá importante para ti. Tanto este punto como el anterior son de gran importancia, porque el niño al sentirse seguro, apoyado y contenido por un adulto, va a tender a responder mejor a sus exigencias.
- En caso de que se muestre sumamente retador, no obedezca o no trabaje, darle dos alternativas: el hacerlo ahora o el hacerlo en el recreo. Con esto lograras que el niño se sienta que tomó una decisión importante sobre su conducta.
- Lo que le digas que tiene que hacer, debes cumplirlo el 100% de las veces. Es importante no amenazar al niño con consecuencias ilógicas, que después sabemos que no se lo vamos a hacer cumplir. Al hacer eso perdemos nuestra autoridad, ya que el niño sabe que no todo lo que digas se hace.
- Ignorar conductas inapropiadas menores, para que de esta forma, dicha conducta se extinga por sí sola. Por ejemplo: sí pide hacer algo y no se puede, decirle una sola vez el NO, y después ignorarlo. Si está haciendo un poco de ruido o platicando en voz baja ignorarlo.
- Cuando rompa alguna regla, rechazar la conducta inapropiada, no al niño.
- Consecuencias lógicas:Tanto con su edad como con la falla (limpiar si ensució, pedir disculpa si ofendió, reponer lo que perdió, etc.) recuerda que el chico debe reparar el daño ocasionado para poder ser responsable de sus acciones, por lo que los castigos punitivos no tienen mucha validez.
- Hazlo en silencio: Si debes llamarle la atención a un alumno NUNCA lo hagas en público, ni enfrente de sus compañeros. Cuando los docentes regañamos a los niños frente a otros ellos se sienten humillados.
- Pon al niño en situación de éxito: Evita situaciones que de antemano sabes que van a generar indisciplina. Se mediador.
- Educa con el ejemplo: Cumple lo que dices y muéstrales la forma como deben comportarse, evita gritarles, ser irónico, burlarte, etc.
Si después de haber realizado las diversas estrategias, y todavía no ver un cambio significativo en tu alumno, es recomendable que platiques con la psicóloga del colegio para que juntos puedan citar a los padres y proponer una valoración psicopedagógica (que incluya el componente emocional) para que logren identificar la causa de las conductas.
Existe un sin fin de técnicas conductuales para modificar la conducta en los niños, las cuales son muy efectivas, pero se aplican a cada caso en particular. Por ello, si has trabajado ya con lo anterior y deseas una ayuda extra, contáctame para que me puedas explicar tu caso en particular y así orientarte con una estrategia más individualizada y oportuna.
Mtra. Jessica Cival
Julio 2013
Leave a Reply