Palabras Claves: estrategias, Déficit de Atención, TDA, TDHA, inatención, hiperactividad, atención y concentración.
Estas recomendaciones van dirigida a los docentes que van a tener un niño con Déficit de Atención en su aula de primaria.
La mayoría de estos tips ya son de tu conocimiento, pero se busca retomarlos para que los tengas en cuenta desde el primer día de clase de tu alumno y así lo ayudes a empezar con éxito el nuevo ciclo escolar.
Es recomendable repasar estos tips con cierta frecuencia, para que autoevalúes si estas realmente ayudando a tu alumno o no. Recuerda que si tu alumno ha sido diagnosticado con Déficit de Atención, del tipo inatento, hiperactivo o mixto, es porque realmente presenta una dificultad significativa, y su conducta es reflejo de ello (las cosas que hace no son para molestarte, sencillamente no las puede controlar)
– Desde el primer día ayúdalo a ubicarse dentro del espacio. Explícale específicamente dónde va colocado cada cosa (mochila, lonchera, cuadernos, libros, agendas). Si deseas hacer esto de forma grupal, solicítale que haga la demostración físicamente para el resto de la clase.
– Si va a tener casillero, ayúdalo a identificarlo. Busquen una forma de colocarle una marca, su nombre, un dibujo, etc.
– Explícale detalladamente cómo va a ser la rutina de cada día. Esto es importante que se tenga por escrito de forma general hacia el grupo y de forma específica para el alumno en su escritorio. La rutina de día debe leerse todas las mañanas, por lo menos por un periodo de 2 semanas, con el fin que al alumno vaya aprendiéndosela. Recuerda que la rutina le permite predecir lo que va a pasar y esto lo ayuda a autoregularse.
– Si va a haber una modificación en la rutina de un día por una actividad especial, recuerda de comentarlo al principio del día.
– Desde el momento en que ingresa a la clase, guiarlo para que tome los materiales que necesita para comenzar su día de trabajo. Explícale qué cosas debe sacar, de dónde debe tomarlas, dónde debe colocarlas, dónde debe guardarlas, cómo debe recogerlas, según sea el caso.
– Promueva que tenga sobre su escritorio lo necesario para trabajar; es decir, si no necesita trabajar en ese momento con los colores, que no tenga el estuche/cartuchera de los colores sobre su mesa.
– Con cada actividad, enséñarle el material que le toca trabajar y supervisa que lo trabaje, ya que se pierde mientras se encuentra realizando la actividad o bien toma algún material que no le corresponde.
– Recordarle constantemente cuáles son las principales reglas del trabajo personal: permanecer en silencio, guardar la silla, recoger el material, utilizar sólo un material, utilizar sólo el material de la planeación, doblar el tapete, el uso del mantel en vida práctica, etc. Te recomiendo que estas reglas las tengas de forma gráfica en tu salón de clases en un sitio visible por los alumnos de forma continua, para que así cuando se rompe alguna de estas reglas solo tendrás que señalar el dibujo de la regla y los niños identificaran que la rompieron.
– Las instrucciones deben de ser muy breves y claras, siendo éstas de un solo comando. Para mejor aplicación, puedes dar la instrucción de forma general como acostumbras a darla, y posteriormente te acercar a tu alumno y le repites la instrucción pero de forma más sencilla, especificándole qué debe hacer primero.
– En cada ocasión en que se le explique algo o se le proporcione alguna instrucción; enfatizarle que mire a los ojos para asegurarnos que escuchó y que después él repita la instrucción para reforzarla y así la pueda llevar a cabo.
– Al terminar la primera actividad, preguntarle ¿ahora sabes qué tienes que hacer después de terminar tu primer actividad? Se le dice, recoger el material. Después de que lo haya recogido, nuevamente preguntarle ¿ahora qué tienes que hacer? Indicarle por ejemplo que tiene que ir por su libreta. Esto tiene el objetivo de que el alumno poco a poco vaya adquiriendo independencia en el trabajo y pueda llevar a cabo una secuencia de pasos en el trabajo sin necesidad de tanta supervisión.
– Al momento de trabajar, supervisar su trabajo y su ritmo de trabajo.
– Capte su atención por medio de hacer muchos movimientos e intentar que siempre mire a los ojos.
– Cuando se le observe que está disperso, tocarlo disimuladamente en el hombro. Al principio deberás indicarle después de tocarle el hombro que retorne a su trabajo, después de un tiempo haciendo esta acción el alumno sabrá que cada vez que está disperso y que no está trabajando tú se lo recordaras con esta acción.
– En las pláticas cotidianas verlo a los ojos para que escuche el mensaje y pueda responder, asimismo si es posible que repita las cosas que debe hacer.
– Si tu alumno es del tipo hiperactivo o mixto, te recomiendo que contestes sus preguntas de la forma más atenta posible. Y si puedes, en ocasiones, en vez de responder su pregunta pregúntale tú a él qué cree él que es la respuesta. Que tu alumno te haga preguntas es su forma de ponerte atención y de liberar al mismo tiempo su necesidad de activación motora; por ello, al permitírselo lo ayudas a irse autoregulando.
Este tipo de alumnos son muy divertidos y creativos, y pueden enriquecer mucho tu clase si lo sabes manejar y controlar. La clave del éxito para ti como su maestra, como para el alumno, es que se alíen y que poco a poco vayan desarrollando juntos estrategias que funcionen dentro del salón de clases sin que el niño quede en evidencia.
Te deseo éxito con tu alumno.
Recuerda que tú vas a influir significativamente en su vida, por lo que la experiencia que tenga contigo se va a multiplicar con los demás docentes.
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